Sid Meier´s Civilization Revolution. Bajo este kilométrico nombre se esconde la que es sin ningún género de dudas la opción óptima en el género de la estrategia que se puede encontrar en estos momentos en consolas. Su carácter de turnos evita problemas con las imprecisiones de control del pad, el juego goza de un ritmo inapelable pese a su estilo pausado (sólo aparentemente), y aunque recurre a la simplificación de muchos aspectos jugables, no se pierde en ningún momento la idiosincrasia de lo que la palabra Civilization ha significado durante años para millones de aficionados a la estrategia.
Firaxis acierta de pleno con la transformación y logra un hito sensacional. Y además hace gala de un atrevimiento del que muy pocas compañías han salido airosas, el de introducir un género tan, en principio, unido al mundo del Pc como el de la estrategia por turnos.
“Guerra, Madrastra de Cobardes, Madre de Valientes”
Ya adelantamos en nuestras recientes impresiones jugables que Civilization Revolution sólo desprendía sensaciones positivas en nuestro primer contacto con una beta cercana al master final. Un ritmo muy acertado, un adecuado descenso en la complejidad y un apartado visual muy poderoso se dibujaban ya hace unas semanas como sus principales virtudes.
Ya adelantamos en nuestras recientes impresiones jugables que Civilization Revolution sólo desprendía sensaciones positivas en nuestro primer contacto con una beta cercana al master final. Un ritmo muy acertado, un adecuado descenso en la complejidad y un apartado visual muy poderoso se dibujaban ya hace unas semanas como sus principales virtudes.
Civilization conquista las consolas con Revolution, su última entrega. Embárcate en la saga de estrategia por turnos más famosa de la historia, y disfruta del fenomenal primer “round” de las series en X360 y PS3.
Ahora, con una copia final en nuestras manos, no podemos sino confirmar todo lo bueno que se intuía en aquel momento. Más simpático y accesible, Revolution disfruta de todos los elementos que han brillado en la saga durante años, y se deshace de otros que por motivos de control y prisma desde Firaxis se han estimado innecesarios para esta ocasión.
A muchos aficionados de las series todas estas omisiones y esta simplificación general de términos se les antojará como poco menos que una blasfemia; pero en 3DJuegos no valoramos los títulos por su complejidad, sino por su calidad, y la de este Revolution queda fuera de toda duda.
“El Árbol de la Libertad se Riega con la Sangre de los Tiranos” –Facciones y Opciones-
Una vez nos ponemos a los mandos contamos con tres opciones a la hora de dar nuestros primeros pasos en el nuevo Civilization. Jugar Ahora nos permitirá iniciar una partida rápida a modo de escaramuza, el multijugador ofrecerá diferentes modos a través de Xbox Live y PlayStation Network, y Un Jugador, dará el banderazo de salida a la campaña.
Una vez nos ponemos a los mandos contamos con tres opciones a la hora de dar nuestros primeros pasos en el nuevo Civilization. Jugar Ahora nos permitirá iniciar una partida rápida a modo de escaramuza, el multijugador ofrecerá diferentes modos a través de Xbox Live y PlayStation Network, y Un Jugador, dará el banderazo de salida a la campaña.
La investigación tiene un peso fundamental en Civilization Revolution. Ya sea haciendo progresar a nuestros ejércitos o avanzando por los árboles tecnológicos, la ciencia será fundamental para salir victoriosos.
Las partidas de Civilization Revolution se inician con las diferentes opciones que podemos escoger a la hora de personalizar el juego. Éstas incluyen algunos parámetros como la dificultad, la civilización, el escenario, etc.
En cuando al nivel de dificultad podremos optar entre cinco que, como es costumbre, responden a gradaciones de mando. Jefe, Caudillo, Rey, Emperador y Deidad son las alternativas que se ofertan, y desde la obvia facilidad con la que se superan los retos en el primero hasta la extrema oposición de los enemigos en el último, en medio gozamos de una adecuada gama de opciones que serán las óptimas para comenzar nuestras andadura en función de nuestra habilidad y experiencia.
De no ser que hayamos accedido a algún desafío concreto que nos conmine a emplear una civilización concreta para superarlo, el siguiente paso será el de escoger nuestra facción. Como cualquier usuario de la saga conocerá de sobra, cada uno de los bandos cuenta con sus fortalezas y debilidades, disponiendo además de unidades especiales y diferentes bonus.
El multijugador de Revolution presenta profundas reminiscencias con la campaña individual, con la diferencia de que podremos fijar en las opciones de la partida un límite de tiempo para cada turno.
Así Roma está liderada por el Cesar, y cuenta con las tecnologías de la República y la Legislación; Egipto tiene a Cleopatra y dispone de una maravilla antigua; los griegos tienen por cabeza a Alejandro y cuentan con una delegación; España está regida por Isabel la Católica y comienzan con el conocimiento de la navegación; los alemanes, por su parte, tienen a Bismarck y disfrutan de mejoras automáticas para las unidades de élite; Rusia tiene al frente a Catalina y empiezan la partida con el mapa de su región; Mao es el máximo mandatario de China, donde ya conocen la escritura; Abraham Lincoln es el solemne jefe estadounidense, y su condición de Gran Personaje es la principal fortaleza de la facción; Japón, por otra parte, tiene el conocimiento del Entierro Ceremonial, y están dirigidos por Tokugawa.
Napoleón es quien manda en Francia, y cuentan con la impresionante Catedral; la India de Ghandi es otro de los bandos, y su principal fortaleza es la de contar de inicio con todos los recursos; Saladino es el temible árabe, cuya mayor ventaja es la de contar con el conocimiento de la religión; los aztecas de Moctezuma comienzan con una gran cantidad de oro; Chaka gobierna a los impredecibles zulúes, y pueden arrasar las ciudades desde el comienzo; el temible Gengis Kan encabeza a los mongoles con el 50% de intercambio en las ciudades capturadas; y, por último, Isabel I es la monarca de Inglaterra, siendo esta tradición dinástica su principal fortaleza.“La Guerra es, Sobre Todo, un Asunto de Tacto” –Condiciones de Victoria-
Como ya adelantamos en su momento Civilization Revolution esgrime diferentes formas de vencer en una partida, ampliando el elenco de métodos de episodios anteriores. Habrá, de hecho, cuatro formas de hacerlo, por dominación, por economía, por avances tecnológicos o por la cultura. Así obtendremos la victoria por la fuerza, sometiendo al resto de civilizaciones –dominación-; amasando una gran fortuna –economía-; contando con 20 personalidades importantes –cultura-; o alcanzando Alpha Centauri en el espacio –tecnología-.
Como ya adelantamos en su momento Civilization Revolution esgrime diferentes formas de vencer en una partida, ampliando el elenco de métodos de episodios anteriores. Habrá, de hecho, cuatro formas de hacerlo, por dominación, por economía, por avances tecnológicos o por la cultura. Así obtendremos la victoria por la fuerza, sometiendo al resto de civilizaciones –dominación-; amasando una gran fortuna –economía-; contando con 20 personalidades importantes –cultura-; o alcanzando Alpha Centauri en el espacio –tecnología-.
Todas estas alternativas dotan al videojuego de un ritmo y de una amplitud de opciones a la hora de superar las partidas que son ciertamente bienvenidas. Estos factores unidos al hecho de la notable reducción del tamaño de los mapas hace que las partidas sigan teniendo una duración muy alta, pero que sean notablemente más cortas que en entregas anteriores. Esto no es ningún problema dada la amplitud de modos, opciones, bandos y escenarios con los que afrontar nuevos acercamientos. Revolution sigue siendo un Civilization con una vida útil muy larga, aunque ésta está mucho más dispersa.
Muchos conceptos se han simplificado en Revolution. Por ejemplo los trabajadores aparecerán automáticamente en pantalla, y las carreteras se pueden edificar también de esta forma.
El juego cuenta, además, con un sistema en general muy intuitivo y que goza de un nivel de acierto altísimo. Como principal virtud hay que destacar que no vamos a echar en falta el ratón en ningún momento; y es que la adaptación del control a los rigores que, en principio, deberían lastrar el empleo del pad hace que éstos no sean tales. Nos sorprenderemos a nosotros mismos disfrutando de un manejo muy ajustado desde el primer instante en el que nos sentemos a los mandos.
Esto se debe a un estupendo reparto de tareas entre los mandos del pad. Así con las palancas izquierda y derecha dirigiremos respectivamente el movimiento de las unidades y de la cámara. Quedando los botones de colores para las diferentes acciones contextuales para cada unidad o ciudad, y los controles superiores del mando para las opciones de diplomacia y visita a las ciudades. Los gatillos, por último, suponen el zoom y las características detalladas de la facción en cada turno.
Los recursos que circunden a nuestras ciudades determinarán el crecimiento de éstas, de modo que cuando fundemos urbes habrá que escoger cuidadosamente el lugar.
Una distribución muy efectiva de control que nos brinda un manejo sencillo y efectivo, en el que con apenas un par de segundos podemos llegar a donde deseemos. Un sistema completamente nuevo que no tiene nada que ver con el empleado en Pc, y que se adapta como un guante a este sensacional debut en consolas de Civilization.
“Combatirse a sí Mismo es la Guerra más Díficil” –Gráficos y Sonido-
Gráficamente Civilization Revolution es un videojuego difícil de valorar. Difícil porque obviamente está a una importantísima distancia de cualquier videojuego de PlayStation 3 o Xbox 360, pero también difícil porque esa es precisamente su intención.
Gráficamente Civilization Revolution es un videojuego difícil de valorar. Difícil porque obviamente está a una importantísima distancia de cualquier videojuego de PlayStation 3 o Xbox 360, pero también difícil porque esa es precisamente su intención.
El juego de Firaxis presenta su estrategia por turnos en un universo tridimensional competente pero discreto. Las unidades y construcciones presentan un aspecto adecuado, aunque algo menos detallado de lo que cabía esperar; y la perenne niebla que cubre ciertas zonas del mapa es algo molesta a la hora de visualizar nuestros dominios.
Los personajes, tanto monarcas como consejeros o miembros de facciones rivales, si que presentan una imagen muy superior; resultando en su totalidad divertidas parodias, en su mayoría de personajes históricos, con un estilo muy “Sims”, tanto en su gesticulante aspecto como en su incomprensible jerga hablada.
Los mapas son sensiblemente más pequeños que en episodios anteriores en Pc, lo que provoca una importante cercanía entre las civilizaciones que dispara la acción y las contiendas.
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