Conocido  erróneamente en sus comienzos como un mero imitador de la exitosa  fórmula Rockstar para crear un Grand Theft Auto, la franquicia Saint's Row  ha demostrado en poco tiempo contar con una enorme personalidad propia.  De hecho las similitudes entre una y otra franquicia no van más allá de  ser juegos de mundo abierto focalizados en el mundo del crimen  organizado, puesto que mientras la saga GTA ha apostado tradicionalmente por un corte más serio (solemne incluso en su entrega IV), la que Volition desarrolla para THQ cuenta con un cariz sencillamente descacharrante.
En  este sentido la entrega que nos ocupa hoy, la tercera, se lleva la  palma, con el que es probablemente uno de los videojuegos más alocados  que han pasado por la redacción de 3DJuegos en el tiempo que lleva en  marcha la revista. Los únicos límites que impone el videojuego son,  prácticamente, los de la imaginación; y desde erigir una monumental  carrera criminal con un zombie por protagonista hasta liarnos a golpe de  vibrador contra la policía en el obeso pellejo de un afroamericano de  peinado afro, la única clave en Saint's Row: The Third es la de pasarlo bien.
La Santísima Trinidad
Johnny Gat, Shaundi, Pierce... nombres que no dicen demasiado a un aficionado a los videojuegos corriente, pero que significan mucho para Volition, o al menos eso es lo que buscan los responsables de The Third. Tras los sucesos de Saint's Row 2, Stilwater ha caído ya en las manos de los Third Street Saints, los protagonistas de la saga, y a pesar de la manifiesta falta de carisma de los personajes anteriormente mencionados, lo cierto es que la propia banda se ha convertido en un imperio mediático de proporciones descomunales.
La Santísima Trinidad
Johnny Gat, Shaundi, Pierce... nombres que no dicen demasiado a un aficionado a los videojuegos corriente, pero que significan mucho para Volition, o al menos eso es lo que buscan los responsables de The Third. Tras los sucesos de Saint's Row 2, Stilwater ha caído ya en las manos de los Third Street Saints, los protagonistas de la saga, y a pesar de la manifiesta falta de carisma de los personajes anteriormente mencionados, lo cierto es que la propia banda se ha convertido en un imperio mediático de proporciones descomunales.
Tras un  larguísimo prólogo, sin demasiado que contar pero con mucho artificio  que hacer volar por los aires, el videojuego arranca por fin  presentándonos a Phillipe Loren: el nuevo villano al que plantar  cara. La corporación Ultor ya es historia, y el Syndicate que preside  este siniestro criminal belga es el nuevo rival a batir, sin embargo el  villano llega en un principio con la intención de negociar. El  ofrecimiento parece más bien poco generoso, y es que tras asaltar los  héroes un banco de la organización a la que pertenece el criminal, el  propio Loren nos perdona a cambio de un 66% de los ingresos mensuales  del grupo mediático Saints/Ultor que podríamos seguir comandando. Como  no podía ser de otro modo los protagonistas se rebelan contra esta  ventajista negociación, y acaban generando el caos en el jet privado del  malvado desde el que trataba de realizar el pacto, y esto acaba  generando el salto del triunvirato de los Third Street Saints sobre la  ciudad de Steelport que sustituye como telón de fondo a la ya fuertemente reciclada urbe de su predecesor.  
El esfuerzo de Volition por hacer que Johnny Gat  y compañía nos importen algo es de agradecer, no obstante sus estrellas  sufren en The Third de los mismos problemas que en entregas anteriores.  Ni su diseño físico es especialmente memorable, más bien genérico hasta  límites insospechados, ni tampoco cuentan con una personalidad  carismática o con el mínimo de tridimensionalidad necesaria; de modo que  ya el componente argumental de este tercer capítulo de Saint's Row mal  empieza en cuanto a sus pilares.

El nuevo Saint's Row ya está aquí y viene pisando fuerte. La entrega nos ofrece el mejor título hasta la fecha. 
Así pues, ¿el  hecho de que la historia de The Third no esté a la altura de lo que  esperábamos significa que su modo campaña carece de interés? Nada más  lejos de la realidad. Cierto que con un argumento mejor trazado  hubiéramos disfrutado todavía más de este sandbox y se podría  haber evitado el tedio de algunos aficionados a la hora de visualizar  las CGIs que les llevará a omitirlas a medio plazo; no obstante lo que  llevamos a cabo en las misiones, en las actividades secundarias o en  nuestra propia experiencia libre es tan divertido que cuesta tener las  flaquezas de la historia demasiado en cuenta.

Si  te vas a enfrentar a la policía, al menos hazlo con estilo. The Third  ofrece una capacidad de personalización con pocos precedentes en el  género. 
¿Qué hace tan divertido a un Saint's Row? Principalmente el sentido humorístico e hilarante que tiene todo lo que hacemos en el juego. Si cada vez da la sensación de que en un GTA los chicos de Rockstar desean que el jugador se pierda menos en las actividades paralelas y en el sembrar el caos aleatoriamente para centrarse más en la historia y el realismo, con los juegos de Volition es todo lo contrario. Cada vez es menos probable encontrar diversión en un Grand Theft Auto asesinando a unos cuantos civiles o volando coches por la calle, fundamentalmente porque la policía salta rápidamente sobre nosotros y porque el aguante del protagonista busca acercamientos veraces en cuanto a su gestión de heridas. En la saga que nos ocupa se busca recuperar el placer de sembrar el caos más absoluto, y para ello da igual que la policía de Steelport al completo nos persiga por sus calles o nos sitie tras una barricada: en The Third siempre tenemos una oportunidad de sobrevivir, por alocada que ésta resulte.
Así nuestro personaje es muy resistente en los niveles de dificultad Fácil y Medio, y razonablemente en el Difícil, algo que nos va a facilitar la tarea de lidiar con las decenas y decenas de enemigos que se van a plantar ante nosotros en las diferentes misiones y a los que deberemos aniquilar. A menudo lo que pasa en pantalla en un Saint's Row es sencillamente terrible, con asesinatos en masa, atropellos múltiples, explosiones salvajes... no obstante el título tiene un look ligeramente cartoon y un estilo humorístico tan fantásticos y tan bien ejecutados que el impacto dramático de lo que pasa en pantalla se minimiza hasta lo cómico. Así no nos vamos a sentir mal en absoluto cuando asesinemos a centenares de inocentes en nuestras misiones criminales, y es que la onda expansiva de todo lo que pasa en el juego es tan monumental que es imposible acabar la campaña sin varios millares de civiles muertos a nuestras espaldas.
Las misiones, por ejemplo, son  francamente divertidas, y es precisamente ese desenfado el principal  responsable de lo entretenido que resulta el videojuego. En un mundo del  entretenimiento interactivo en el que cada vez hay más consecuencias a  nuestras acciones, y donde muchos títulos ahondan en aspectos éticos  ofreciéndonos incluso diferentes resoluciones al juego en función de  nuestras acciones, nada de lo que hagamos en Saint's Row: The Third  importa. Es lo más parecido a un entretenimiento para soltar adrenalina y  vaciar nuestra mente de los problemas de la vida cotidiana, un  fenomenal espectáculo de acción y metralla con el que  desahogarnos durante un tiempo sin mayores complicaciones y sabiendo,  además, que lo estamos haciendo con un producto de calidad.
El  juego, como es tradicional en este género, se estructura en base a  misiones principales (las que hacen avanzar la historia) y un descomunal  ramillete de actividades secundarias que son frescas, divertidas  y sin ningún tipo de cortapisa. Las primeras son las que cuentan con  cinemáticas que presentan las situaciones y las que nos hacen sentir que  estamos participando del crecimiento de los Third Street Saints en la  ciudad del juego, son unas fases de lo más divertido que desembocarán en  una conclusión con dos finales alternativos. Superar la historia  acabando únicamente estos encargos más importantes nos va a llevar algo  más de diez horas, aunque es poco recomendable puesto que centrándonos  sólo en ellos nos estaríamos perdiendo mucho de lo que ofrece el juego  tanto en cuanto a diversión como en lo referente a las horas de  duración, que pueden llegar fácilmente hasta superar el doble con estos  objetivos alternativos.

La variedad en las misiones es máxima. Afrontaremos toda clase de situaciones impactantes en el juego. 
La variedad es la nota dominante de todos los niveles a superar, con situaciones realmente increíbles y con un ingenio y unas ganas de romper moldes  que son el gran punto a favor de The Third. La diversidad es máxima,  especialmente en las alternativas, donde regresan algunos geniales  puntos fuertes de la franquicia en el pasado; el siempre hilarante Fraude al Seguro  es un buen ejemplo, pero donde debutan también otras actividades  tremendamente ingeniosas y cómicas que no enumeraremos para dejar al  disfrute del jugador.

Hogar dulce hogar. Tener un sitio donde guardar nuestras armas, nuestra ropa o nuestros vehículos es fundamental. 
El  modo historia con un amigo gana muchos enteros en términos de  entretenimiento como decimos, aunque algunas de las misiones parecen  mostrar serios síntomas de no haber sido pensadas para este tipo de  modalidades de entretenimiento, encargos donde el juego acompañado será  casi más un lastre que una bendición. La otra alternativa jugable es más  limitada en cuanto a diversión puesto que tampoco permite más de dos  usuarios simultáneos, y porque supone la mera aniquilación de enemigos  en escenarios donde no hay gran interacción ni entretenimiento. Por el  corte de los rivales que nos ataca es la vertiente de juego más alocada,  pero no querremos superarla más de una vez puesto que una vez consumido  el impacto inicial su interés es más bien limitado.

El combate con armas de fuego es tan preciso como la conducción con los vehículos. Un juego muy compacto en ambos apartados. 
No es ni mucho menos el primer juego de Volition en el que podemos personalizar a nuestro personaje hasta extremos absurdos, Saint's Row 2 de hecho ya ofrecía notables resultados en este sentido, sin embargo The Third si es el primero en el que el componente de profundidad alcanza réditos absolutamente desproporcionados. Decir que podemos crear el personaje que deseemos hasta el más mínimo detalle puede sonar a afirmación algo exagerada, no obstante dista mucho de ser extrema, y es que la herramienta que Volition pone a nuestro disposición es tan detallada que cuesta mucho encontrar algo que no podamos lograr con ella.
Repite la elección de sexo, de complexión o de peinado que podíamos ver en la segunda parte, pero ahora se explotan de forma increíble con infinidad de baremos que podemos alterar en infinitas combinaciones para determinar de forma muy minuciosa cualquier aspecto del rostro de nuestro héroe. Durante la aventura podremos volver a alterar al protagonista en las clínicas de cirugía estética si no hemos quedado contentos con el resultado en primera instancia, pero resulta francamente difícil pensar en ello puesto que la metodología para crearlo no sólo es impresionante desde los resultados, sino también de lo cómodo y accesible que resulta el acto de hacerlo.
Ya se han promocionado sobradamente las bondades de la herramienta en la fase de producción del título, de modo que insistir en sus características sería completamente innecesario, sólo basta con ojear cualquiera de los vídeos del juego o, específicamente, el que hace referencia a la edición de personajes en nuestra galería de gameplay para comprobar cómo es tan fácil crear un temible travesti de pelo en pecho, una atractiva señorita, un temible macarra o un genial zombie Kabuki y obeso.
Este grado de edición es extensible también a otros aspectos aparentemente secundarios, como los vehículos, la ropa, los tatuajes, las casas o la propia banda que comandamos entre muchas otras cosas. La herramienta de tunning  que presenta el título es sencillamente fantástica, permitiéndonos  personalizar con pasmoso nivel de detalle todos los elementos de la  carrocería o del rendimiento de nuestro bólido. Estos matices son  también aplicables a otras partes del juego, como las ya mencionadas,  que incluso nos permiten decidir qué atuendos usarán o qué movimientos  para retar a otros personajes utilizarán. 
De Stilwater a Steelport -Gráficos y Tecnología- 
A nivel visual Saint's Row: The Third supone un notable salto adelante con respecto a lo visto en anteriores entregas. Si de algo podíamos acusar a sus predecesores, especialmente al juego original, era de resultar muy poco carismáticos en las partes más puramente estéticas. En esta ocasión hablamos de un juego con enorme personalidad en todos y cada uno de sus diseños de personajes y vehículos, y pese a que la ciudad apunta a los mismos problemas de diseño genérico contra los que protestábamos en el pasado, lo cierto es que el veredicto tiene que ser en líneas generales muy positivo.
Por  otra parte los personajes adoptan un estilo algo más cómic, uno que  roza lo divertidamente caricaturesco en algunos de ellos pero que en  líneas generales sigue una línea muy cartoon que entronca perfectamente  con la idiosincrasia del programa. Cargas poligonales adecuadas para un sandbox,  texturización notable y algunos detalles en sus animaciones o en los  movimientos de las ropas que portan que son francamente bienvenidos.
Por lo que respecta al audio el juego cuenta con una banda sonora  de temas licenciados bastante sugerente. Éstos se estructuran en  canales de música temáticos con uno para el rap, otro para la música  latina, otro para lo alternativo, otro para el metal... Todos ellos con  canciones de artistas casi siempre conocidos que incluso nos permiten  crear nuestras listas de reproducción a través del Smartphone de nuestro  personaje, cargado de funcionalidades que utilizaremos en el juego. Por  otra parte los efectos de audio son buenos, y el juego llega a nuestro  país doblado en inglés sin mayor traducción que los subtítulos: con un nivel en las voces originales que responde claramente al afán gamberro y divertido del resto del programa.  
No  obstante la personalización del programa dista mucho de quedarse en  este aspecto cosmético, y es que también hace referencia a muchas otras  características del título que no podemos pasar por alto. Las mejoras,  por ejemplo, equiparan a The Third con un juego de rol muy sencillo,  permitiéndonos obtener experiencia que invertiremos en habilidades, en  optimizar nuestra salud, maximizar nuestro daño, mejorar el combate,  aumentar las prestaciones de nuestros vehículos y ampliar las  habilidades de la banda.

La conducción es tan arcade como cabría esperar. Sólo unos minutos nos bastarán para hacernos con el control de los vehículos. 
A nivel visual Saint's Row: The Third supone un notable salto adelante con respecto a lo visto en anteriores entregas. Si de algo podíamos acusar a sus predecesores, especialmente al juego original, era de resultar muy poco carismáticos en las partes más puramente estéticas. En esta ocasión hablamos de un juego con enorme personalidad en todos y cada uno de sus diseños de personajes y vehículos, y pese a que la ciudad apunta a los mismos problemas de diseño genérico contra los que protestábamos en el pasado, lo cierto es que el veredicto tiene que ser en líneas generales muy positivo.
Los diferentes barrios  de Steelport no tienen demasiado detalle, y salvo algunos edificios  importantes para el desarrollo del programa que están tratados con mucho  mimo, el resto tienen un tratamiento mucho menos interesante. La  sensación de ciudad con vida propia que rezuman otros juegos del género  no la exhibe la urbe ideada por Volition, y esto se debe tanto a  decisiones de diseño como a otras más puramente relacionadas con lo  tecnológico en las que entraremos más adelante.
Los modelados de los vehículos,  por su parte, ya son mucho más positivos, con intenciones cumplidas en  cuanto a ofrecer un retrato simpático y bastante certero de los modelos  reales a los que tratan de emular. Los efectos de físicas son  bastante aceptables para un título de estas características, y si bien a  menudo notaremos que los efectos de las colisiones no se corresponden  con el daño en la carrocería (por quedarse corto) o que el vuelo de los  vehículos no se adapta a los choques o explosiones (por pasarse de  largo), en líneas generales se ofrecen unos resultados francamente  notables dentro de los estándares de espectacularidad que Volition ha  tratado de ofrecer.

El  editor de personajes es una verdadera locura. Cualquier idea, por  estrafalaria que nos parezca, se puede llevar a cabo en el juego. 
Lo  no tan bueno del lanzamiento en lo estético tiene que ver  principalmente con lo tecnológico. Por un lado porque las limitaciones  de Xbox 360 y PlayStation 3 continúan lastrando los desarrollos de este  tipo de lanzamientos con prismas tan grandes, y es que detalles como el popping  exageradísimo de objetos que se dibujan en pantalla muy cerca de  nuestro personaje o la sincronía vertical que en algunos momentos brilla  por su ausencia, enturbia de alguna manera el conjunto del videojuego. 
Por otra parte la IA  no es precisamente brillante, aunque nunca suele serlo en títulos de  estas características. Aquí los enemigos a menudo se pierden en los  combates dándonos la espalda en momentos inoportunos o incluso se quedan  enganchados entre objetos del mobiliario urbano. Detalles más o menos  importantes en función del prisma con el que se miren. 

Una  verdadera locura. Saint's Row sabe encontrar toda su personalidad  estética en esta tercera entrega. La mejor con diferencia. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario