Con un argumento y poder de decisión digno de los mejores juegos de rol, pero enfocado como un gran juego multijugador masivo en línea, Star Wars: The Old Republic prepara su llegada al mercado con las credenciales suficientes como para convertirse en el nuevo rey del género. Méritos no le faltan.
No es innovador, no plantea elementos jugables que sorprendan ni supone una revolución dentro del género de los juegos de rol multijugador masivos en línea, y aun así, algo debe tener Star Wars: The Old Republic para que nos tenga tan enganchados desde hace unas semanas. Y es que aunque eran muchos los que temían que Bioware no sería capaz de dar con un proyecto sólido en todas sus facetas, tras largas sesiones de juego solo podemos felicitarles por el enorme trabajo que han realizado ante el que va a ser, sin duda, uno de los mejores MMORPG de la historia y un auténtico punto de inflexión en el género que marcará el devenir de futuros proyectos de corte similar. ¿La razón? Que a pesar de ser una experiencia multijugador similar a las vistas durante estos últimos años, en ningún momento se ha descuidado una de sus facetas más importantes: el argumento.
El legado de Los Caballeros de la Antigua República
La primera toma de contacto de Bioware con el universo Star Wars se produjo con el desarrollo del fantástico juego de rol Los Caballeros de la Antigua República, que pronto recibiría una secuela de igual calidad de manos de Obsidian. Sin embargo, desde entonces los canadienses se han mantenido ajenos a este universo de ciencia ficción para desgracia de sus seguidores, que siempre han abogado por el desarrollo de una tercera entrega basada en esta serie. ¡Deseo cumplido! … al menos en parte. Y es que lo que más nos ha sorprendido de The Old Republic es la importancia capital que ha adquirido el argumento, llegando al extremo de equipararse a lo que cualquier amante del género rol esperaría de un hipotético Los Caballeros de la Antigua República 3.
Y no exageramos al hablar de esta condición, puesto que cada misión cuenta con un hilo argumental lo suficientemente interesante como para no hacernos sentir estúpidos andando de un lado a otro recogiendo pieles, matando bichos, o comentando las inclemencias del tiempo con el único fin de aumentar de nivel. No en vano, todos y cada uno de los personajes dentro de The Old Republic tienen una historia que contar y nosotros seremos parte crucial en el desarrollo de los acontecimientos que narran. Pero aquí no hablamos únicamente de una exposición bien desarrollada del argumento, sino sobre todo, del poder de decisión con el que contamos a la hora de movernos por este increíble universo de ciencia ficción.
Los combates resultan apasionantes y llenos de posibilidades cuando se disfrutan junto a otros usuarios.
Por ello, estos compañeros suponen un gran descubrimiento por parte de Bioware, que nos permite así disfrutar de la aventura en solitario creando interesantes estrategias de combate en equipo sin necesidad de recurrir a otros usuarios, con los que sí resulta imprescindible cooperar cuando nos adentramos en misiones heroicas o los Flashpoints –las misiones principales para grupos-, que nos han parecido geniales por mantener, precisamente, todos los elementos que diferencian a esta obra del resto de MMORPG: argumento, decisiones que afectan al desarrollo de la partida y sencillos puzles que requieren de las habilidades de todos los integrantes del grupo.
Por otro lado, también nos parece increíble que en Bioware no se hayan conformado únicamente con crear distintos puntos de partida –planetas- para cada bando y tipo de personajes, ya que también encontramos diferencias en las propias misiones, con caminos exclusivos para algunas clases de guerreros que también tendrán misiones y encuentros ajenos al resto de personajes.
Combate para todos los gustos
Ya sea con armas blancas como los sables láser o con una enorme variedad de rifles de plasma, The Old Republic ofrece un fantástico sistema de combate que nos ha encantado por la posibilidades de acción que brinda gracias, sobre todo, a las clases de personaje mixtas que van a permitir a cada usuario adoptar distintas estrategias de combate dependiendo de la situación en la que se encuentren. En este sentido, los caballeros Jedi/Sith están muy bien desarrollados, mostrando los distintos caminos que pueden seguir estos guerreros ya sea especializándose en el manejo de los sables de luz, con opción de llevar dos a la vez, o a través del poder de la Fuerza con ataques a distancia. Nada realmente innovador ni sorprendente en comparación con lo visto hasta el momento en el género, aunque muy efectivo y, sobre todo, tremendamente equilibrado.
Ya sea con armas blancas como los sables láser o con una enorme variedad de rifles de plasma, The Old Republic ofrece un fantástico sistema de combate que nos ha encantado por la posibilidades de acción que brinda gracias, sobre todo, a las clases de personaje mixtas que van a permitir a cada usuario adoptar distintas estrategias de combate dependiendo de la situación en la que se encuentren. En este sentido, los caballeros Jedi/Sith están muy bien desarrollados, mostrando los distintos caminos que pueden seguir estos guerreros ya sea especializándose en el manejo de los sables de luz, con opción de llevar dos a la vez, o a través del poder de la Fuerza con ataques a distancia. Nada realmente innovador ni sorprendente en comparación con lo visto hasta el momento en el género, aunque muy efectivo y, sobre todo, tremendamente equilibrado.
Cuando se juega en equipo, durante los diálogos se produce una tirada de dados para decidir qué jugador responde. Una acción que afectará a todo el equipo.
Lo mejor es que a estos elementos debemos añadir, como decíamos, las propias habilidades ofensivas y defensivas de los compañeros que viajarán junto a nosotros, lo que nos deja con un sistema de combate sorprendentemente efectivo que da mucha vidilla a los batallas contra enemigos controlados por la inteligencia artificial, y por supuesto, a los encuentros contra otros usuarios, que prometen ser una fuente constante de piques entre ambas facciones.
Por todo esto, nuestra primera toma de contacto seria y prolongada con lo que será The Old Republic no podía haber sido mejor. Y es que lo nuevo de Bioware es una pasada a nivel argumental, y esto es algo, repetimos, que mejora de forma sustancial la propia experiencia de juego porque se nos incita constantemente a seguir avanzando, a probar nuevos caminos, o jugar con las decisiones morales y sus efectos sobre nuestros aliados. Las opciones de personalización también son destacables, y éstas llegan incluso al nivel de poder trastear el interior de nuestros sables láser para mejorarlos o modificar su estética. Y lo mismo se puede decir de las profesiones con las que nos hemos topado, que son tan variadas como interesantes dentro de su sencillez.
Durante la partida te acompañarán diversos personajes que te ayudarán en el combate y en otras tareas tan mundanas como la venta de objetos.
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